¿Son las zapatillas de carbono una ventaja o un riesgo para los corredores?
Las zapatillas de carbono son un tipo de calzado deportivo que incorpora una placa de fibra de carbono en la suela, que actúa como una especie de resorte que impulsa al corredor hacia adelante. Éstas tienen un material semirrígido que al doblarse produce un efecto de ballesteo. Cuando el pie apoya en el suelo, tanto en carrera como andando, se genera un acúmulo de energía dentro de ese tejido.Ésto hace que el despegue de pie se produzca de una manera más eficiente y más rápida, con menos gasto de energía .
Estas zapatillas se han popularizado en los últimos años, sobre todo entre los atletas de élite, que las han usado para batir récords mundiales y mejorar sus marcas personales. Sin embargo, también han generado controversia y debate sobre si son justas, seguras y adecuadas para todos los corredores.
¿Qué beneficios tienen las zapatillas de carbono?
Según diversos estudios científicos, las zapatillas de carbono ofrecen una mejora en la economía de carrera, es decir, la cantidad de energía que se necesita para correr a una determinada velocidad. Esto se debe a que la placa de carbono reduce la flexión del tobillo y la pérdida de energía en la fase de impulso, y también aumenta la rigidez y la elasticidad de la suela, lo que favorece la propulsión y la amortiguación. Además, la espuma que acompaña a la placa de carbono suele ser muy ligera y resistente, lo que contribuye a reducir el peso y el desgaste de las zapatillas.
Estos beneficios se traducen en un aumento del rendimiento, que puede variar según el tipo de zapatilla, el nivel del corredor, el ritmo y la distancia. Algunos estudios han estimado que las zapatillas de carbono pueden suponer una ventaja de entre el 2,7% y el 4,2% en la economía de carrera, lo que se podría traducir en una reducción de entre 1 y 2 minutos en el tiempo de un maratón.
¿Qué riesgos tienen las zapatillas de carbono?
A pesar de los beneficios que pueden aportar las zapatillas de carbono, también existen algunos riesgos y limitaciones que hay que tener en cuenta. Uno de ellos es el precio, ya que estas zapatillas suelen ser bastante caras y no están al alcance de todos los bolsillos. Otro es la durabilidad, ya que la espuma y la placa de carbono pueden perder sus propiedades con el uso y el tiempo, y requerir un cambio frecuente de zapatillas.
Pero quizás el riesgo más importante sea el de las posibles lesiones que puedan provocar las zapatillas de carbono. Aunque no hay evidencia científica concluyente al respecto, algunos expertos y corredores han expresado sus dudas y preocupaciones sobre el impacto que estas zapatillas pueden tener en la biomecánica, la estabilidad y la salud de los corredores.
El colegio de podólogos de la Comunidad Valenciana afirma que:
"no es bueno que los corredores empiecen a usarlas sin una fase de adaptación progesiva, hay que acostumbrarse a la sensación y la mecánica de las zapatillas. Además piensan que generan cierta inestabilidad y si el cuerpo no es capaz de contrarestarla puede provocar sobrecargas, es muy común en los corredores que talonean , realizar el aterrizaje con el talón, por mala flexión de la rodilla o exceso de zanacada"
Jared Ward corredor olímpico de maratón del 2016 ayudó a desarrollar la línea de zapatillas de Saucony dice: "Si corro demasiado con las Endorphin Pro, mis pies sufren. No sé si es porque la placa es más dura de lo que estoy acostumbrado, pero los dedos de mis pies y a veces mis arcos sienten esa tensión. Dicho esto, a medida que me voy adaptando a ellas y a las diferencias en la pisada y la mecánica que me provoca mis nuevas zapatillas, me encuentro haciendo más entrenamientos con ellas.
Algunos de los problemas que se han señalado son los siguientes:
La placa de carbono puede alterar la forma natural de correr, al modificar el ángulo de ataque, la longitud de la zancada y la frecuencia de la pisada. Esto puede generar una mayor tensión y fatiga en los músculos, tendones y articulaciones, especialmente en los gemelos, los sóleos, el tendón de Aquiles, la fascia plantar y la rodilla.
La placa de carbono puede provocar una mayor vibración en las piernas, que se ve acentuada cuando se corre en superficies duras o en cinta de correr. Esto puede causar molestias e inflamación en la cintilla iliotibial, que es una banda de tejido que conecta la cadera con la rodilla, y que puede provocar la lesión conocida como "rodilla del corredor".
La placa de carbono puede reducir la sensibilidad y el control del pie sobre el suelo, al disminuir el contacto y la retroalimentación con la superficie. Esto puede afectar a la capacidad de adaptación y reacción del corredor ante los cambios de terreno, de dirección o de velocidad, y aumentar el riesgo de torceduras, esguinces o caídas.
¿Para quién son recomendables las zapatillas de carbono?
Teniendo en cuenta los beneficios y los riesgos que pueden tener las zapatillas de carbono, no se puede dar una respuesta única y definitiva sobre si son recomendables o no para todos los corredores. Cada caso es diferente, y depende de factores como el nivel, el objetivo, la técnica, la frecuencia, la distancia, el ritmo, la superficie, la anatomía y la historia de lesiones de cada corredor.
En general, se podría decir que las zapatillas de carbono son más apropiadas para corredores que tienen una buena técnica, que corren a ritmos altos, que buscan mejorar su rendimiento en competiciones de larga distancia, y que alternan el uso de estas zapatillas con otras más convencionales. También se recomienda que los corredores que quieran usar zapatillas de carbono lo hagan de forma progresiva, adaptando su entrenamiento y su calzado a las características y sensaciones de estas zapatillas, y que consulten con un profesional de la salud o del deporte en caso de tener alguna duda o molestia.
Por el contrario, las zapatillas de carbono pueden ser menos adecuadas para corredores que tienen una técnica deficiente, que corren a ritmos bajos, que no tienen un objetivo competitivo, o que tienen alguna lesión o patología previa que pueda verse agravada por el uso de estas zapatillas. También se desaconseja el uso de zapatillas de carbono para correr en superficies irregulares, con curvas o con desniveles, o para hacer entrenamientos de fuerza, velocidad o técnica.
En definitiva, las zapatillas de carbono son una herramienta más que puede ayudar a los corredores a mejorar su rendimiento, pero no son una solución mágica ni una garantía de éxito. Lo más importante es conocer las ventajas y los inconvenientes que tienen, y usarlas de forma adecuada, responsable y personalizada, siempre teniendo en cuenta el bienestar y la salud de los corredores. Es importante es que elijas las zapatillas que mejor se adapten y no te dejes llevar por las modas o consejos sin base médica. No son para todo el mundo y puedes no adaptarte bien por tu tipo de pisada o por tu físico, por eso es buena idea que antes de una inversión en un modelo concreto consultes con un podólogo.