Estructura del entrenamiento pliométrico
A la hora de diseñar un programa de entrenamiento pliométrico se deben tener en cuenta una serie de consideraciones:
– La edad y el desarrollo físico de los deportistas.
– La preparación previa, tanto a nivel físico como técnico.
– El estado de las articulaciones importantes implicadas (rodillas, tobillos, hombros).
– La fase de la temporada en la que nos encontremos (respetando la planificación).
– Los requerimientos determinados para el deporte que se entrena. El 80% de los ejercicios pliométricos deben ser específicos del deporte, mientras que el 20% restante pueden dedicarse a la preparación básica más general.
– El principio de la progresión (tanto en las sesiones de entrenamiento como en el conjunto de éstas).
Por otra parte, antes de comenzar cualquier programa de entrenamiento pliométrico, es necesario un periodo previo de fortalecimiento músculotendinoso así como del aprendizaje de la técnica correcta. No debemos progresar hacia ejercicios de intensidad más alta hasta que no se haya desarrollado una técnica segura. Siempre es más importante la calidad que la cantidad.
En primer lugar, después de una fase de acondicionamiento muscular general, debemos entrenar la hipertrofia muscular (en función de las cualidades del deportista) para crear una determinada base estable que permita soportar al organismo las importantes cargas que supone este tipo de entrenamiento. Y, al mismo tiempo, un correcto aprendizaje de la técnica de todos los ejercicios que compondrán las sesiones de entrenamiento.
En cuanto a la progresión, Verkhoshansky propone tres etapas en el proceso de entrenamiento: 1ª) ejercicios de fuerza general y multisaltos variados, 2ª) combinar la pliometría no muy intensa con el trabajo de fuerza resistencia, y 3ª) entrenamiento con drops jumps (saltos profundos desde un escalón). El propio Verkhoshansky, a la hora de introducir un programa de entrenamiento pliométrico, recomienda incluirlo al final del periodo preparatorio específico, y después de haber desarrollado el trabajo de fuerza. En cuanto a la distancia temporal entre el entrenamiento y la competición, algunos autores recomiendan eliminar las sesiones de pliometría 8-10 días antes de la competición (Santos), mientras que otros recomiendan que esta separación entre el trabajo pliométrico y la competición se sitúe entre los 10 y los 14 días (McFarlane).
A continuación vamos a considerar las diferentes variables que determinan el proceso de entrenamiento: intensidad, volumen, frecuencia y recuperación. 
Intensidad
La intensidad es la magnitud con la que se mide un esfuerzo dentro de un determinado ejercicio, sesión o periodo. La intensidad de los ejercicios se mide por el tipo de éstos. Podemos aumentar la intensidad de los ejercicios pliométricos de diferentes maneras: añadiendo pequeñas cargas adicionales, realizándolos con una sola pierna, aumentando las distancias o el número de saltos, elevando la altura de la plataforma en los drops jumps, aumentando la carga en los lanzamientos, etc.
La altura de la plataforma para los drops jumps debe ser adecuada a cada deportista (ya lo hemos visto antes). Aún así, a rasgos generales, la altura de caída depende del objetivo que persigamos con el entrenamiento. Si lo que pretendemos es mejorar la fuerza explosiva, la altura del escalón debe estar en torno a 0.75 m., y si el objetivo es la fuerza máxima, a 1.10 m. Alturas mayores implicarían un aumento del tiempo de transición entre la fase excéntrica y la concéntrica y, por lo tanto, una pérdida de energía elástica (Verkoshansky, 1999). Aunque todo esto, como ya dijimos anteriormente, debe ser muy relativo a las características de cada deportista.
 Volumen
El volumen es la cantidad total de trabajo realizado en una sesión de entrenamiento, en un periodo determinado de la planificación (microciclo, mesociclo, macrociclo) o en toda la temporada. En el entrenamiento pliométrico el volumen se cuantifica por la cantidad de contactos del pie con el suelo (en los saltos) o de lanzamientos, y va a estar determinado, entre otras variables, por la intensidad de éstos. Ésta relación con la intensidad debe ser inversamente proporcional, a mayor volumen menor intensidad, y viceversa.
Los saltos de muy alta intensidad no deben pasar de 20-30 por sesión en deportistas poco entrenados, pero en atletas de muy alto nivel el número de éstos aumenta considerablemente hasta los 200 o más. Según un estudio de McGown y cols. publicado en 1990, los jugadores de voleybol del equipo americano realizaban hasta 200-400 saltos por sesión dentro de su preparación para los Juegos Olímpicos de 1984. Aún así, el número de saltos debe ir regulado por la técnica de éstos, es decir, cuando el deportista está cansado y la técnica de los saltos va empeorando, el volumen de saltos ya es excesivo. Y como en todos los métodos de entrenamiento, es preferible quedarse corto que excederse.
Recuperación
La recuperación es el tiempo de descanso entre ejercicios o series de ejercicios, el cual debe asegurar una correcta ejecución e intensidad de éstos, es decir, permitir una disposición física y mental máxima. Si el objetivo es el desarrollo de la potencia, lo cual es lo propio del entrenamiento pliométrico (entrenamiento anaeróbico), la recuperación debe ser completa y así comenzar el siguiente ejercicio en plenas condiciones para ejecutarlo con la máxima intensidad. Para ello, la proporción adecuada debe estar en torno a 1:10 (ejercicio : reposo). Esto puede significar entre 3 y 5 minutos entre series. Pero si el objetivo es la resistencia muscular, entonces los ejercicios no serán tan intensos y la recuperación entre ellos debe ser incompleta.
Frecuencia
Podemos relacionar la frecuencia con el número de veces que se realiza un tipo de entrenamiento en un determinado periodo de tiempo. La frecuencia entre sesiones de entrenamientos pliométricos depende de la intensidad de éstas, por lo que el periodo de recuperación debe asegurar un proceso adecuado de supercompensación y, con ello, responder de una manera positiva ante los estímulos (carga) del entrenamiento y provocar las pretendidas mejoras de las capacidades a desarrollar (velocidad, fuerza explosiva, potencia de salto o lanzamiento …). Parece ser que el periodo adecuado de recuperación entre sesiones debe estar entre 48 y 72 horas, dependiendo del tipo de ejercicios realizados. Por ejemplo, no requieren el mismo tiempo de recuperación sesiones de entrenamiento pliométrico basadas en ejercicios como el skipping, que sesiones que conlleven ejercicios más extenuantes como los saltos profundos o los saltos con cargas.
Por otra parte, si en un mismo día se va a realizar más de una sesión de entrenamiento, el pliométrico debe realizarse antes que cualquier otro. Esto es debido a la intensidad agotadora de estos ejercicios y a la predisposición requerida de descanso físico a la hora de comenzar para que no haya interferencias con la técnica correcta.

Bibliografía:
– “Ejercicios pliométricos”, Donald A. Chu. 1993.
- “La velocidad en el deporte”, Dintiman, Ward y Téllez. 1998.
- “Metodología del entrenamiento pliométrico”, García, Herrero y de Paz. 2003.
- “La pliometría”, Cometti. 1998.
- “Todo sobre el método pliométrico”, Verkhoshansky. 1999.
- “Los efectos del entrenamiento pliométrico sobre el rendimiento en carreras de fondo”,
Spurrs, Murphy y Watsford. 2003.