jueves, 24 de noviembre de 2011

Mosquera y Contador

Dos procesos complicados, paralelos en el tiempo. Diferentes pero similares. Interpretables. Científicos. El hombre rico está a punto de conocer su sentencia en el TAS, 16 meses después. El pobre ha sido condenado en España por la misma gente que absolvió a Alberto Contador contra el criterio de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Cuando hace 14 meses Ezequiel Mosquera conoció su positivo porhidroxetil almidón (HES), le dijeron en la Unión Ciclista Internacional (UCI) que no se preocupara demasiado, que era una cosilla sin importancia. Cuando hace 16 meses, la UCI contactó con Contador para informarle de lo del clembuterol, le avanzaron que el asunto se taparía, porque evidentemente era un caso de ingesta involuntaria en la alimentación.

Después de esas promesas, pasan cosas. La política empieza a mover como viento huracanado las posiciones de cada cual. Un candidato -hasta ahora- a lapepera secretaría de Estadopara el Deporte, José Ramón Lete, apuntaba con el dedo a Mosquera: bien por el daño que su positivo había hecho a Galicia -patrocinador del equipo Xacobeo-, bien por el dinero que le adeudaban y que el coruñés de Teo no estaba dispuesto a perdonar. Según el alegato de Mosquera, Lete y sus hombres enviaron el mensaje claro a Madrid: "matar mediáticamente" al corredor y hundir su carrera por un positivo dudoso y de una sustancia considerada enmascaradora -aunque a David García no le escondió la EPO que se había administrado- y que sólo es positivo si se inyecta, no si se ingiere en un alimento (para algunos expertos es probable).

Hace 14 meses, también, un empleado del laboratorio de Coloniaevitó que la UCI tapara el caso clembuterol mediante una confidencia a un periodista de la televisión pública alemana ARD: no sólo filtró el positivo -lo que obligó a Contador a reconocerlo a toda prisa en una rueda de prensa- sino que añadió el detalle de los residuos plásticos hallados en otro control al pinteño, un indicio de autotransfusión. El caso se multiplicó en todos los medios de comunicación como si hubiera ganado su cuarto Tour. La AMA mostró el camino del combate, como es su obligación, y la UCI se puso a la orden, borrando de su memoria sus criterios anteriores. Cuando el comité de competición de la Federación Española resolvió a favor de Alberto y le devolvió la licencia, su justificación para recurrir fue que los jueces españoles podían haber sido presionados indebidamente por el presidente del Gobierno, el jefe de la Oposición, los medios más influyentes, etc... No porque diera importancia a los plásticos o al clembuterol.

Contador recuperó su licencia y a correr, en su caso sinónimo de ganar, ganar y volver a ganar. Mosquera, con licencia en regla, sin suspensión cautelar ni un positivo firme, ha estado todo este año en blanco. No ha podido debutar con su nuevo equipo, el holandés Vacansoleil, que lo creía inocente, pero no se atrevía a alinearlo por miedo a la UCI, muy peligrosa cuando actúa bajo cuerda, con teléfono cifrado. Cada vez que lo preanunciaban para una carrera, el equipo, aspirante a estar en las mejores citas, recibía un recado. Los doctores del Vancansoleil estudiaron los documentos presentados en su defensa y los calificaron de impecables para demostrar su inocencia. A Mosquera lo investigaban, jugaban con sus muestras, de aquí para allá, de laboratorio en laboratorio, sin conocimiento del corredor ni de sus asesores. Y ni aún así encontraron nada.

Pero hete aquí que la probatio diabolica en el caso de Contador se transformó en celestial en el caso de Mosquera, a ojos del comité de competición y de la instructora Carmen Victoria López, la misma que había solicitado el año de suspensión para Contador y que pidió dos contra el pobre gallego perdido en un pueblecito coruñés, militante de un equipo con rasgos sospechosos, con un Álvaro Pino que no se podía sacudir el estigma de haber dirigido al viejo Kelme y, sobre todo, al Phonak de Hamilton, Pérez y compañía. Mosquera paga: tras un año sin poder trabajar, le endosan otros dos, porque 2011 no cuenta: ¡tenía la licencia en regla y no estaba sancionado!

Los medios españoles se han volcado para favorecer al mejor corredor del mundo, pero -y esta casa multimedia en primera línea- no se han distinguido por ejercer la misma fuerza en el caso semidesconocido (error del corredor y sus asesores) de Ezequiel Mosquera. Probablemente, esta semana quedará justamente encaminada la absolución definitiva del madrileño y el de Teo comience el trámite de recurso a la justicia ordinaria. Quizá al TAS, pero ahí respirar cuesta dinero y acudir con buenos abogados es imprescindible: el bufete de Mike Morgan, jurista contratado por Contador, sale a 500 euros la hora.

Hay quien piensa que la RFEC ha ido al TAS a defender su decisión sobre Contador con la pieza cobrada de Mosquera, que le condedería autoridad moral y la imagen implacable que desea presentar en esos salones. Como hipótesis puede valer, pero de ahí a culpar al madrileño de lo que le pase al gallego hay un abismo. Tampoco hay que poner la mano en el fuego por Mosquera, ni creer a pies juntillas la tesis de que Lete lanzó la ofensiva para hundirlo en la miseria. Pero lo que sí aparece meridianamente claro es que la desigualdad de trato en la lucha antidopaje es gigantesca y que, por ahí, huele fatal.

fuente:http://www.elmundo.es/blogs/deportes/escapa-dos/2011/11/22/mosquera-y-contador.html

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